Érase un pobre hombre- que me pidió
Que arreglase su...canción.
Que era para su chica.
Que le quería por su dinero.
Que era de su familia.
Entre todos le ayudaron.
A profundizar en los secretos.
De la heroína.
Y de la autocompasión.
Y en su gusto por la velocidad.
Y por probar al límite sus coches.
Su resistencia a los golpes.
Y su forma de encontrarse con muros de piedra...
a la máxima velocidad.
Pero he aquí que la canción de Enrrrrique Loópez no estaba mal.
Solo había que arreglarla.
Pero no para su chica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario